Índice de contextura corporal
La contextura corporal de una persona se define de una manera muy simple y a través de una única operación matemática. Se efectúa el cociente entre la altura de la persona medida en centímetros y la longitud de la circunferencia de la muñeca (manga o puño de camisa) también medida en centímetros.
Índice de Contextura Corporal (ICC) = Talla (cm.) / Circunferencia de la muñeca (cm.)
Esta operación también se puede efectuar utilizando cualquier unidad de medida como ser pulgadas o la que usted guste. La única salvedad es que ambos valores deberán estar dados en la misma unidad de medición para que el resultado sea correcto. Por esto, si usted desea calcular la suya utilizando pulgadas, su altura en pies deberá traducirse a pulgadas (1 pie son 12 pulgadas).
El valor resultante se debe comparar con la siguiente tabla:
Contextura |
Hombres |
Mujeres |
Pequeña |
>10.4 (mayor a) |
>11.0 (mayor a) |
Mediana |
9.6 - 10.4 (entre) |
10.1 - 11.0 (entre) |
Grande o Robusta |
<9.6 (menor a) |
<10.1 (menor a) |
Biotipos
Ectomorfo-delgado, mesomorfo-promedio y endomorfo-robusto.
Los seres humanos vienen al mundo con todo tipo de formas y tamaños, pero fue William H. Sheldon quien perfecciono el sistema de clasificación de cuerpos. Sheldon empezó sus estudios en la Universidad de Harvard en los años treinta, estudiando y fotografiando a 4.000 estudiantes, de promedio de 18 años de edad. Un estudio posterior y más extenso analizó las formas de 46.000 hombres.
Sheldon dividió los biotipos corporales en tres categorías: basadas en el desarrollo embriónico durante su estado de blástula, donde el huevo humano fertilizado consiste en tres capas. Del ectoderma o capa externa, proceden la piel, el cabello, las uñas y otras estructuras externas. Los músculos, nervios y huesos derivan de la capa media, o mesodermo. Los órganos internos provienen de la capa interna o endodermo.
Sheldon creía que todas las formas corporales se determinan en el estado inicial de desarrollo. Como las personas altas y delgadas tienen mas piel, Sheldon los llamo ectomorfos. Los individuos musculados y recios fueron mesomorfos. Y las personas obesas, con abdómenes prominentes, caracterizados por órganos internos grandes, eran endomorfos.
Después de tomar fotografías desnudos de todos sus sujetos, Sheldon y sus asociados recordaron 17 medidas distintas en cada cuerpo, desde anchura de la cabeza hasta anchura del tobillo. De ahí sacó una escala consistente en tres números para subdividir características de sus tres biotipos primarios. Este sistema, que llamo somatotipia, tiene una escala que va desde 1 a 7. Uno indica la característica mínima, siete la máxima, y cuatro la media. El primer número de los tres categorias numéricas representa los atributos endomórficos, el segundo, los mesomórficos, el tercero los ectomórficos.
Nuestro biotipo básico es cuestión de herencia. Parte de nuestra apariencia se debe a los genes recibidos. Otras características, como la tendencia a ganar músculo o grasa, son un producto de la herencia y el entorno. Por lo tanto, una persona nacida con un biotipo mesomorfico puede probablemente conseguir músculo más rápido que un ectomorfo o mesomorfo.
Las estadísticas referentes a las tendencias de biotipos son descorazonadoras para muchas personas. Por ejemplo, un estudio concluyo que si tenemos un padre obeso, las posibilidades de convertirnos en obesos son de un 40 por 100. Dos padres obesos la aumentan hasta un 80 por 100.
La importancia de los biotipos para el culturismo es que el entrenamiento efectivo requiere reconocer nuestro biotipo básico, y luego entrenar y hacer dieta correctamente. Un mesomorfo tiene mas posibilidades de obtener éxito en el culturismo, con las mayores probabilidades de triunfo.
Nuestro biotipo básico es el que tenemos sin entrenar. Por ejemplo, la mayoría de los campeones culturistas comienzan delgados y desarrollan músculo gradualmente. Su biotipo es ectomesomorfo. Eso significa que si dejan de entrenar sus músculos hipertrofiados se reducen, y vuelven a ser delgados. Lo mismo sucede con un endomesomorfo, que revertiría a una tendencia hacia la obesidad, si no cuida su dieta. De ahí nace el viejo dicho de "el músculo se convierte en grasa". Porque el músculo y la grasa son tipos distintos de tejido. No pueden intercambiarse del mismo modo que el oro no puede convertirse en diamante. Si una persona con características endomorficas deja su actividad física y continúa comiendo el mismo número de calorías, sus músculos se encogerán y su grasa corporal aumentar. Por lo tanto, parece que sus músculos se han convertido en grasa.